Un grupo de nativos americanos recibió casi la mitad de las tierras en Oklahoma gracias a un extraño tecnicismo

Desde el momento en que los colonos europeos pisaron lo que ahora es suelo estadounidense, las cosas han ido de mal en peor para los pueblos indígenas. La lista de actos inmorales, desde confundirlos con los indios (de la India) hasta aniquilar tribus enteras por unos pocos acres de tierra, es infinitamente larga. Siglos después, los nativos americanos aún luchan por ser reconocidos y, recientemente, en una impactante decisión de la Corte Suprema, se les otorgó a las tribus la mitad de las tierras en Oklahoma. La decisión entera dependió de un extraño tecnicismo y, para complicar aún más las cosas, todo comenzó con un asesinato.

El asesinato

En el verano de 1999, Patrick Dwayne Murphy apuñaló a George Jacobs y lo dejó morir al costado de la carretera. El primo de Jacobs fue testigo del asesinato, y Murphy incluso se lo confesó abiertamente a su esposa y a la policía. Aquellos que presenciaron la situación asumieron que era un caso sencillo, pero todos habían pasado por alto un detalle crítico.

Mucho en común

Patrick Murphy y George Jacobs tenían varias cosas en común. Ambos vivían en Vernon, un pequeño pueblo de Oklahoma. Ambos eran miembros de la Nación Muscogee, la cuarta tribu de nativos americanos más grande de los EE. UU. Y, por último, ambos hombres estaban casados ​​con una mujer llamada Patsy. Una coincidencia que resultaría fatal para Jacobs.

Una noche "cualquiera"

En el verano de 1999, Patsy estaba casada con Murphy, pero antes de eso, ella y Jacobs (el difunto) estuvieron casados ​​y tuvieron un hijo juntos. Murphy siempre estuvo celoso del ex esposo de Patsy y, una noche "cualquiera", se acercó a su esposa y le dijo que iba a matar a George Jacobs y a toda su familia. Luego, Murphy subió a su auto y se alejó a toda velocidad en la oscuridad de la noche.

Un camino oscuro

Ese mismo día, Jacobs había estado bebiendo en exceso con su primo, Mark Sumke. Para cuando cayó la noche, Jacobs se había desmayado en el asiento trasero del sedán Dodge de Mark. Conducían por un camino de tierra angosto y sin iluminación en el extremo norte de Vernon cuando se detuvieron para dejar pasar a otro automóvil. Ese coche era de Patrick Murphy.